domingo, 9 de noviembre de 2014

INTRODUCCIÓN


Bogotá era una ciudad de viejas casas señoriales y apellidos sobresalientes un referente para el provinciano que llegaba. Con escasos 279.829 habitantes en 1938, y ese pasado apabullante, era como un espejo que brillaba y atraía.

Sus casas antiguas de ladrillo y piedra parecían construcciones “monumentales”: el Camarín del Carmen, la casa del general Rafael Uribe Uribe, las primeras boticas que funcionaron en La Candelaria, la casa de Andrea Ricaurte (donde fue apresada La Pola), la casa Manuela Sáenz, la casa del pintor Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, la Casa del Florero, la tienda de «La puerta falsa», la chichería El Ventorrillo, la Fonda Rosa Blanca, la plazolela del Chorro de Quevedo.

Es por ello que uno de los barrios más antiguos de la ciudad es la Candelaria, un barrio que lleva consigo y con sus calles las historias más asombrosas y sobrenaturales que envuelve la atención de cada una de las personas que pasa por allí.

Cada historia trae consigo un personaje y una serie de situaciones que llevan consigo fenómenos sobrenaturales que aun en la actualidad se evidencian y divagan por sus calles.

Se escogieron los relatos sobre fantasmas de Estela Monsalve, «Estelita» con ayuda del Archivo de Bogotá. Como habitante siempre presente de La Candelaria ella escuchó por años las historias, los relatos de las apariciones; caminó por las calles, fue a las casas, esperó los fantasmas…

Aquí veremos algunas de esas historias de la vida real

BALTAZAR: Nadie, generación tras generación, se ha atrevido a cortar los árboles de brevo; misterio o mística, sólo DIOS lo sabe.

BAR SERENATA: A él se le presentó un fantasma que consistía en el desarreglo total de la cantina.

LA MULA HERRADA: En las horas de la noche, los habitantes de santa bárbara sentían el galopar de un caballo yendo hacía la plazoleta de las nieves.

EL CONTADOR: Para ustedes cualquiera tiene valor si tiene algo; para mí algo es un sentimiento

EL ESTUDIANTE: No le voy a tener miedo, y en nombre de dios le ordeno vuelva al lugar que le
Pertenece.

EL GORDO: El hecho de vivir, es ganarse la lotería día a día; aunque haya días en los que nos
Falten unos pesos.



EL MARRANO: A veces una mujer armada es más fuerte y valerosa que un regimiento en pie de lucha.

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